El Fondo Monetario Internacional advirtió que es «muy importante» que la Argentina cumpla con las metas fiscales y monetarias del acuerdo, siendo esta la vía para estabilizar la economía y frenar la escala inflacionaria.
Según un informe global publicado en la noche del lunes, el organismo señaló que la economía argentina creció 4,6% en 2022, pero que este año se va a desacelerar, avanzando tan solo un 2%, cercana a las estimaciones del Gobierno.
El economista jefe del FMI, Pierre Olivier Gourinchas, explicó que en 2023 Argentina crecerá un 2 por ciento, y agregó: «No hicimos ninguna modificación desde nuestra revisión anterior en octubre de 2022».
A partir de su criterio, ese porcentaje de crecimiento tiene su origen por una «combinación de dos factores: un freno en la economía mundial que también se dará en la Argentina y las políticas restrictivas aplicadas en el plano fiscal y monetario para manejar la elevada inflación, que el año pasado estuvo cerca del 100 por ciento».
«Es muy importante que las metas de políticas del programa con el FMI se alcancen, tanto en el lado fiscal como el monetario, que ayudarán a anclar la inflación hacia adelante y estabilizar la economía del país».
Pierre Oliver Gourinchas, economista jefe del FMI.
Cuánto crecerá la economía mundial y la de América Latina
En un enfoque más generalizado, el Fondo estimó que la economía mundial pasaría de crecer un 3,4% en 2022 a un 2,9% en 2023, mientras que América Latina habrá crecido un 3,9% durante el año pasado y solo 1,8% este año.
Para el organismo, «la subida de las tasas de interés de los bancos centrales para combatir la inflación y la guerra de Rusia en Ucrania continúan lastrando la actividad económica. La rápida propagación de la Covid-19 en China frenó el crecimiento en 2022, pero la reciente reapertura ha desbrozado el camino para una recuperación más veloz de lo anticipado».
«Se prevé que la inflación mundial disminuya de 8,8 por ciento en 2022 a 6,6 por ciento en 2023 y a 4,3 por ciento en 2024, niveles aún superiores a los observados antes de la pandemia (2017–19) de alrededor del 3,5 por ciento», redactó el informe sobre las proyecciones económicas mundiales. Para el FMI, «entre los riesgos al alza, son plausibles un impulso más fuerte de la demanda reprimida en numerosas economías o una caída más veloz de la inflación.
Riesgos que impedirían la baja de la inflación mundial
Entre los impedimentos aparece la evolución sanitaria severa en China, la cual podría frenar la recuperación. Al mismo timpo, la guerra entre Rusia y Ucrania podría potenciarse y un endurecimiento de las condiciones mundiales de financiamiento podría agudizar las tensiones por sobreendeudamiento.
Además, se advirtió que los mercados financieros «podrían redeterminar súbitamente los precios en respuesta a novedades adversas en cuanto a la inflación, en tanto que la fragmentación geopolítica podría frenar el progreso económico».
Con respecto a la inflación, el Fondo Monetario evaluó que «la política monetaria empieza a surtir efecto. Hay indicios de que el endurecimiento de la política monetaria está empezando a enfriar la demanda y la inflación, pero la totalidad del impacto probablemente no se materializará antes de 2024. El nivel general de la inflación mundial parece haber tocado un máximo en el tercer trimestre de 2022″.